Monday, July 10, 2006

 

imprenta en venezuela

La comunicación visual en Venezuela
En el período que transcurre desde la primera década del siglo XIX hasta la primera mitad del XX, la comunicación visual en Venezuela se encuentra ligada al desarrollo de los medios impresos y en especial a la incorporación de nuevas tecnologías que facilitan la inclusión de grabados, dibujos y posteriormente fotografías.

Estas primeras tecnologías se utilizaron a partir de la introducción de la imprenta en 1808
por Gallagher y Lamb, la llegada de la litografía alrededor de 1823, las nuevas técnicas de
litografiado en 1846 traídas por los alemanes Muller y Stapler y el fotograbado iniciado en 1889 en la publicación El Zulia Ilustrado de Maracaibo.

La imprenta, a pesar de su introducción tardía - casi tres siglos después de su llegada a México y Lima tuvo una difusión rápida. Al respecto Millares (1969) señala que ya en 1810
existían en Caracas, las tipografías de Gallagher y Lamb y de Baillío y Co. En esta última se imprimió en 1812, una edición de la Constitución Federal de 1811, en cuya portada destaca una viñeta alegórico en la cual es posible observar siete rayos de luz y siete estrellas. asimismo que "en estos talleres también se publicó la Gaceta de Caracas en su fase republicana entre 1813 y 1814.” Otro momento trascendente fue la importación de la primera imprenta litográfica por el Coronel Francisco Avendaño, Comandante de La Guaira, en 1823. Siete años después traspasó el taller a Antonio Balandrón. Posteriormente en 1842, Muller y Stapler lo adquieren y modernizan con nuevas técnicas litográficas. Para esa época existían notables ilustrásemos como Ramón Irazabal, los hermanos jerónimo y Celestino Martillos y el pintor Carmelo Fernández.

Al respecto Cuenca (1980) destaca la primera cromolitografía de Fernández
aparecida en El Repertorio Cuatro años después Celestino Martillos adquirió el taller a los
alemanes. En ese período se produjo lo que se considera el primer cartel venezolano en cuyo diseño aparece la figura del Libertador entre dos alegorías: la República y la justicia.

Otro impresor notorio de esos años fue Valentín Espinal en cuyo taller se publicó el primer libro ilustrado en 1845. Millares señala que es considerado "el verdadero creador del arte tipográfico en Caracas.

Por su parte, Valenilla (1993) indica que otro hito lo constituyó la traída de la prensa de
plano cilíndrica por Fausto Teodoro Aldrey. En esta se imprimió La Opinión Nacional que resultó ser un periódico innovador en formato, diagramación, dibujos y gráficas.

La expansión del uso de la imprenta hacia el interior de Venezuela también ocurre con
rapidez. Febres Cordero (1931) precisa su aparición en Cumaná en 1812, Guayana en 1817,
Ciudad Bolívar en 1821, Guanare en 1830; mientras que, en Valencia se abre una sucursal de Gallagher y Lamb en 1841, y en Mérida la imprenta comienza en 1845.

Las primeras ilustraciones aparecidas en la prensa venezolana fueron dibujos ornamentales
en forma de viñetas y elementos decorativos para resaltar avisos, títulos o cierto tipo de
informaciones que se intentara destacar. La Gazeta de Caracas publicó su primera viñeta el 5 de junio de 1812. En ella hay un águila con un círculo en el medio y dentro del mismo el número 19, Asimismo en relación al estilo, se ha señalado que "en las ilustraciones de este período podemos apreciar la influencia del neoclasicismo y el estilo imperio en los motivos que representan águilas, gorros frigios y otras figuras que aluden a los ideales de la independencia."

Por su parte Abreu (1989) destaca que "las viñetas predominaron hasta la década de los 40. Se utilizaron con fines decorativos o como artilugios para llamar la atención sobre determinados tipos de informaciones o de avisos."

Esta introducción de la ilustración empleando recursos como el dibujo fue de uso común en
los medios impresos durante gran parte del siglo XIX. Dentro del dibujo hay que diferenciar la naturaleza de su contenido. Acha (1999) señala al respecto "el dibujo constituye una técnica manual de producir imágenes que puede ir de lo pictórico a lo gráfico. Este último aspecto tiene que ver con la línea activa y esta genera mensajes esquemáticos de lectura sumaria y rápida; esquematismo que implica enrarecimiento de información visual, poder de síntesis o economía de medios."

Por su parte, Rocca (1992) sugiere que el dibujo en Venezuela salvo pocas excepciones, no reconoce orígenes en la formación pictórica tradicional, sino en las artes gráficas y el diseño, Sobre estos aspectos Abreu refiere que "tres tipos de imágenes siguieron publicándose a lo largo del siglo XIX, ellas fueron además de las viñetas, los dibujos y las caricaturas. Estas últimas tuvieron una difusión bastante acentuada especialmente a fines del siglo."

En relación con el grabado, Perez Vila (1979) precisa la aparición del primer grabado hecho en Venezuela en 1810, realizado por Juan José Franco y diseño de Francisco Iznardi.
Representaba el homenaje de los caraqueños patriotas de Quito. Este consiste en una hoja suelta titulada M los manes quejosos de las víctimas inmoladas en Quito, Caracas compasiva. "Se considera que fue impresa por Baillio y realizado con buril sobre una plancha de cobre. La imagen consistía en un arco decorado con motivos fúnebres."

Las primeras ilustraciones de carácter político en forma de caricaturas aparecen en 1843 en El Promotor de índole conservadora, siendo el primer periódico ilustrado en circular en el país. En el mismo aparece la obra litográfica de Carmelo Fernández. El periódico incluía dibujos satíricos representando las luchas entre liberales y conservadores. De ese mismo período es El Caimán del Banco Nacional que se considera la primera caricatura política. Apareció publicada en El Relámpago del 19 de marzo de 1844. Al respecto, Pérez Vila la estima como una forma todavía rudimentaria de caricatura política, describiéndola como "un caimán cuyas fauces abiertas se había compuesto tipográficamente la palabra “Agricultura” como indicando que el caimán se la iba a tragar, Posteriormente, en 1849
el mencionado diario, de tendencia liberal incluirá estampas xilográficas de carácter político.

A partir de 1850, la litografía se encuentra en auge y dentro de ella destaca Federico Lessman. De su taller salieron la mayoría de los grabados producidos en la época. Torres (1982) refiere que "se distinguen dos tipos de litografías unas que podrán llamarse oficiales serias de encargo: y otras humorísticas, festivas en las que se combinan la malicia política y el ingenio Popular para dar origen a las Primeras caricaturas."
Otras publicaciones con inserción de caricaturas son la revista El Mosaico que aparece en 1854 y el Oasis en 1856. Sin embargo, Pérez Vila hace notar que " a partir de 1859 y durante toda la duración de la guerra federal, se acabaron las caricaturas.

Al término de este conflicto nuevos títulos aparecieron. Entre los más destacados hay que
mencionar el Zancudo Ilustrado (1876), El Punch (1884) que revela la influencia inglesa en el estilo del dibujo, el Álbum de Caracas (1886) Venezuela (1886), La Revista Ilustrada (1895). Una publicación que logró trascender en el medio o fue Ilustración Venezolana que
apareció en 1886 con dibujos de Pablo Emilio Romero (PAOLO) y grabado de Muñoz Tebar (LUMET) quién tenía una compañía denominada Grabados Caracas, proveedora de imágenes para las publicaciones existentes. Asimismo hay que destacar otras que llevaban ilustraciones hechas por dibujantes locales. Entre las más relevantes están El Autógrafo y La Caricatura creadas en 1886 por PAOLO. Es en ellas donde aparecerán los primeros diseños de Comic venezolano, utilizados Primordialmente para hacer publicidad a distintos tipos de productos. Hay que señalar que las posibilidades narrativas para generar historias imaginarias tal como venía haciéndose en Europa y los EEUU en esos años tuvieron escaso desarrollo. Otros modos de ilustración surgidos en esos años, fue la aparición de la técnica conocida corno "lmagotipia" invento de Febres Cordero en la imprenta El Lápiz. Esta técnica consiste en dibujar utilizando letras tipográficas. Febres Cordero al referirse a ella la describe como "un nuevo arte tipográfico que consiste en hacer dibujos con los tipos, siendo el primero, el retrato de Bolívar entre dos palmas de laurel, publicado en La Semana editada por Picón Grillet en l885. Con esa técnica produjo así una serie de retratos de personajes importantes de la historia y contemporáneos a la época para dotar de ilustraciones a las publicaciones que se hacían en esos años. Por otra parte destaca asimismo la "Foliografía" o sea el arte de reproducir directamente por medio de la imprenta la parte fóliácea de las plantas. Este último procedimiento fue invento de Juan de Dios Picón Grillet en su imprenta.
Son sin embargo, dos publicaciones las que marcarán un hito en cuanto a la innovación en
diseño y contenidos. La primera en aparecer en 1888 en Maracaibo, fue El Zulia Ilustrado dirigido por Eduardo López Rivas. Esta publicación destaca en particular por iniciar el uso de técnicas de fotograbado con las imágenes fotográficas previas y posteriores de la operación quirúrgica realizada a un indígena de la región.

Posteriormente, en 1893 sale en Caracas El Cojo Ilustrado .Esta revista propiedad de Agustín Valarino y Manuel Echezuría, dueños de la empresa fabricante
de cigarros El Cojo, fue dirigida por Jesús Manuel Herrera Irigoyen. Ambas innovaron con su estilo, diseño y contenidos la calidad de los materiales impresos. La fotografía, el grabado y el dibujo fueron los recursos visuales más utilizados. Sin embargo hay que señalar la ausencia de historietas diseñadas en Venezuela. Los materiales visuales publicados como entretenimiento generalmente eran traídos de Europa, especialmente de los talleres de ilustración franceses.

Trayectoria del comic venezolano hasta 1950
Al inicio de siglo destaca la aparición de La Linterna Mágica fundada en 1900 por Maximiliano Lorenz y Luis Muñoz Tabaqui. Esta se constituye en el medio para la inserción de dibujos e ilustraciones de Luis Lore (LUMET) y Ramón Muñoz Tevar (RAY). En esta publicación se encuentran diseños de historietas desarrolladas en cuatro a seis viñetas. Continuaron utilizándose para hacer publicidad a determinados productos o para relatar historias humorísticas cortas que aluden a la vida cotidiana. Otros diarios que aparecen posteriormente son La Esfera en 1908 y El Universal fundado en el mismo año por Andrés Mata. Posteriormente en 1918 salió Pitorreos fundada por Francisco Pimentel (JOB PIM) que duró solamente un año al ser clausurada por orden de Juan Vicente Gómez. En la década de los años 20, se dio un nuevo impulso a la actividad gráfica a través de la Tipografía Vargas de Juan de Guruceaga. Los primeros trabajos realizados consistieron según lo refiere Armas Alfonso (1987),
en "revistitas el Amigo de los Niños y el Mensajero Venezolano de los padres dominicos."
La primera contenía historietas con temas religiosos. Más adelante entre 1923 y 1924, editarán la revista infantil Kakadú con diseño e ilustraciones de Rafael Rivero, la cual tuvo una existencia efímera.

En 1924 se inicia asimismo Billiken que incluye caricaturas entre contenidos de tipo cultural. Otra publicación de esta tipografía es el semanario Elite que aparece en septiembre de 1925. La misma incluía ilustraciones como dibujos caricaturescos y fotografías, con inserciones ocasionales de comic.
En la misma época, comienza a publicarse la revista Fantoches creada en 1923 por Leoncio
Martínez (LEO) dibujante que se había iniciado en El Cojo Ilustrado. Con abundante contenido de tipo humorístico, la revista fue clausurada en 1932 por el régimen gomecista, reapareciendo posteriormente en 1936. En ella se presentó una historieta de producción local y permanencia más sostenida titulada "Pinocho" creación de Martínez, pero con notoria influencia del cuento y del diseño del personaje creado por el escritor italiano Collodi. De este personaje, Nazoa (1992) señala " adoptó Leo al famoso muñeco de palo para ponerlo a vivir en las páginas de Fantoches las más divertidas aventuras. Acompañado de su perrito Petipuá, el muñeco de Leo ingresó en las tradiciones sentimentales de los venezolanos como símbolo de bondad, de alegría de vivir y de fe en la justicia.”

Otras revistas de la década son Caricaturas que aparece en 1926 dirigida por Alejandro Alfonso Larraín (ALFA) y Rafael Rivero. Al año siguiente, sale Mundial que utilizará fotografías, pero sobretodo dibujos y caricaturas de contenido político donde la crítica social, la mofa y el sarcasmo constituyen las características más recurrentes. Otra publicación de 1927 es Nosotras, fundada por Luisa Martínez, representa el punto de vista femenino desde el medio impreso. En sus contenidos son notables las caricaturas de Nina Crespo. En este período, la caricatura sigue siendo el recurso gráfico más utilizado por los medios impresos. Tanto en los diarios como en las revistas, es posible encontrar los trabajos de varios dibujantes destacados. La trayectoria de la ilustración va a ser similar a la de los años anteriores, es decir, viñetas decorativas, caricaturas de personajes conocidos del mundo político y social y dibujos humorísticos que tratan de resumir situaciones jocosas o la de hacer una crítica política a los momentos que se vivían en el país. Estas tendencias van a permitir la creación de elementos prototípicos, estereotipados o simbolismos que tratan de aludir a situaciones o personajes específicos. Sobre este aspecto, García Ponce (1975) señala que "la caricatura en los diarios la aprovecha la oposición para atacar al gobierno y protestar contra sus medidas represivas. Se pintaba a los reaccionarios como camaleones que cambiaban de color de acuerdo a las circunstancias. El humorista político Leoncio Martínez popularizó la figura del camaleón, con pumpá y paltolevita, que se complacía en torturar y perseguir al pueblo."

La década de los años 30 parece ser un período difícil para la actividad de las artes gráficas. Factores de índole política que se desencadenaron en los últimos años del período de gobierno de Gómez, no resultaron estimulantes, ni propiciaron nuevas publicaciones. Se mantuvieron las adictas al régimen, mientras que las que hacían crítica fueron clausuradas y
detenidos su dibujante e ilustradores. Esta situación va a facilitar la introducción de las historietas norteamericanas comercializadas por King Features en los diarios, tal como son los casos de La Esfera, y El Universal entre otros.

Después de la muerte de Gómez, se introdujeron cambios en los medios impresos. Por una
parte volverán a aparecer algunas de las publicaciones clausuradas por el régimen como la revista Fantoches de Leoncio Martínez. Asimismo se edita la revista institucional Farol por la compañía petrolera Standard Oil. Esta publicación va a introducir innovaciones en cuanto a contenidos, en los cuales se estimuló la ilustración tanto en dibujos como en fotografías. Sin embargo no va a dar espacio para la historieta venezolana. Los pocos casos en los cuales se incluyeron provenían de dibujantes del exterior. En este período, también es trascendente la fundación de la revista El Morrocoy Azul por Claudio Cedeño. Esta publicación está centrada en el humor textual y visual con abundancia de caricaturas, dibujos humorísticos e historietas. Este medio permitió congregar a numerosos dibujantes entre los que destacan Víctor, Claudio, Churucuto, Lezama, Pardo, Pedro, Sancho y Muñoz Falk entre otros. Otro aspecto a considerar en estos años es el estímulo para el surgimiento de la prensa moderna bajo el modelo norteamericano. Al inicio de la década de los años 40 salieron los diarios Ultimas Noticias en 1941 y El Nacional en 1943. Esta influencia del periodismo de los Estados Unidos se va a reflejar asimismo en la creación de la primera escuela de periodismo en la Universidad Central de Venezuela a fines de esa década, lo cual significó la profesionalización de la actividad periodística. La orientación que toma la prensa en cuanto a diseño y contenidos va a reforzar la publicación de los Comic norteamericanos que se venden a los diarios venezolanos a costos que resultan atractivos, mediante los servicios de las empresas comercializadoras de los mismos, los llamados Syndicates. Esta situación va a significar un obstáculo para el Comic venezolano, que hasta ese momento no ha logrado consolidarse a través de contenidos y personajes permanentes, por lo tanto no puede garantizar una continuidad en su aparición. La tendencia que se observa es la ausencia de producción local hacia la mitad del siglo XX. El desarrollo de las historietas venezolanas que se publicaron hasta este momento, va a reflejar el proceso de cambios que Venezuela vino experimentando, al pasar de ser una sociedad con predominio de lo rural a una sociedad en proceso de articulación hacia una integración con el modernismo, debido en gran parte a la influencia directa del exterior, resultado de su condición de país exportador de un recurso natural como el petróleo. La presencia de personajes prototípicos de la sociedad de esa época se da con la creación de Juan Bimba, cuya autoría al parecer fue de Leo en la década de los años 30, ya que es asimismo inventor del término Juan Bimbero, utilizado en muchos de sus dibujos. Este personaje representa el mundo rural, de alguna manera resulta emblemático para la sociedad venezolana, ya que es utilizado como medio para difundir mensajes de todo tipo. Entre estos se encuentra el político. Al respecto, Armas Alfonso refiere "Mariano Medina Febres (MEDO) fue quién le dio al partido Acción Democrática el símbolo de la clase social por la que nace a la lucha la asociación de masas en marcha desde entonces. Churucuto también lo va a representar visualmente. Caracterizaba a Juan Bimba de liquiliqui y alpargata, en la cabeza el sombrero de Cogollo." Refiriéndose al mismo personaje, García Ponce lo describe como "un campesino descalzo, con sombrero roto de paja y raído traje, quién siempre sufría los ataques del camaleón.” Posteriormente en la década de los años 40, aparece una revista infantil creada por Juan de Guruceaga con el título de Juan Bimbita.

Otros personajes que lograron trascender fueron Pernalete y Mujiquita creados por Teodoro Arriens (Churucuto). Ambos resultan ser símiles de aquellos creados por Rómulo Gallegos
en Doña Bárbara. Arriens destaca igualmente por la versatilidad con las que ilustró las tradiciones venezolanas, en los cuales son notorios, personajes como "La Sayona." Del mismo, modo dio continuidad a Pinocho ideado por Leo para la revista Fantoches. Otro personaje connotado es El Bachiller Mújica creación de Víctor para El Morrocoy Azul que viene a representar la contraparte urbana. En él sobresalen los aspectos conductuales del protagonista, entre los cuales es notoria la viveza como rasgo mas reiterado. Pancho Barillas creación de Claudio Cedeño en 1947 es el título de otra historieta de la época. Con secuencias de viñetas con textos en la parte inferior, relata las aventuras del personaje en ambientes urbanos en los que se alude a la realidad nacional.

Se pudiera decir que el transcurrir del Comic ha ido paralelo con el de la caricatura. Sin embargo esta última tiene una posición mucho más consolidada, mayor difusión, es de producción local o nacional, y ha estado básicamente orientada al humor, la sátira y la crítica política y social a los distintos gobernantes que ha tenido Venezuela en el período bajo consideración. Análisis e interpretación Entre 1850 y 1900, lo que se observa es el desarrollo de la comunicación visual a través del medio impreso con la aparición de varios títulos de publicaciones. Sobresalen en estos, los contenidos donde resaltan el humor, la crítica política y social, el dibujo ornamental, humorístico y la caricatura. El Comic o historieta como secuencia narrativa en varias viñetas con personajes permanentes y contenidos temáticos argumentativos hacen una tímida aparición como un recurso visual para hacer publicidad. Por su parte, la Caricatura generalmente está referida a persona o
situaciones de un momento dado, por lo que resulta ser una parodia gráfica con un contenido usualmente político.

A partir de 1900, aparecen otras publicaciones. En general los títulos de las mismas no
tienen una duración prolongada, ya que diversas razones actúan para ello. Se considera que entre 1920 y 1940 se dio una época con mayor intensidad en el desarrollo de las artes gráficas, en la cual se volvió a dar un intento por crear historietas al igual como venía ocurriendo en ese momento dentro del desarrollo del Comic en Norteamérica y otros países latinoamericanos como Argentina, Chile o México. Sin embargo estos esfuerzos tampoco lograron una consolidación, mayor difusión y permanencia. Al parecer existen dos razones por las cuales la historieta en Venezuela no logra tener un desarrollo sostenido y consolidado. Una primera sería la falta de interés por parte de los diarios y revistas para aceptar la difusión de lo producido por los dibujantes locales. Los medios surgidos después de la década de los años 40 que se organizan siguiendo las pautas del periodismo norteamericano prefieren hacer la inserción de las historietas generadas en los Estados Unidos y comercializadas a nivel mundial a través de servicios especializados, hecho que sigue ocurriendo hasta el día de hoy. Torres considera que la falta de continuidad y el poco auge del género en Venezuela, posiblemente tenga que ver con el hecho de que hay poco estímulo local al respecto. La otra razón sería el mayor interés despertado por las caricaturas, el dibujo cómico y el humor gráfico expresado en una o dos viñetas. Estos recursos visuales demandan un esfuerzo mínimo de parte del lector, causan un mayor impacto e hilaridad a diferencia del Comic que requiere un esfuerzo de lectura para lograr captar el contenido de la narración Por otra parte, la caricatura está más vinculada con el acontecer inmediato, cotidiano, reflejo de una realidad que el lector conoce, y en el que de alguna manera tiene una participación en ese transcurrir, aunque sea solo de mero observador. La inmediatez del hecho o la proximidad del personaje representado en la caricatura le confieren un alto grado de atracción. También podría decirse que actúa a modo de una catarsis social. En relación al Comic, en cambio, se está frente a un mundo de ficción con el cual no existen vínculos reales, por lo tanto, generadores de procesos emotivos que incorporen al lector. En este caso, el Comic, al ser un recurso para el entretenimiento, resulta ser mediato, y por lo tanto, el interés por leerlo responde a propósitos distintos a los de la caricatura. El Comic implica una primera etapa en procesos de lectura, en la cual una narración secuencial requiere tiempo y esfuerzo y algún tipo de concentración para seguirle el hilo de la historia. De allí que sea un recurso muy utilizado en la educación. Se podría decir que en Venezuela, el predominio y preferencia hacia la caricatura sobre el Comic, pudiera tener asimismo una vinculación con una característica de la sociedad y la cultura venezolana, en la cual se destaca el predominio de la oralidad el humor, el chiste y la parodia como formas expresivas de referirse a acontecimientos o personajes en los cuales la inmediatez es una constante notoria

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